San Félix: Alimentados por la diversidad.
Por: Iván Fernando Pérez Loaiza.
“hay que actuar con realismo e idealismo en la búsqueda de lo que se puede hacer y hacerlo sin horizonte utópico que nos lleve a inventar lo inédito viable y atrevernos a incursionar por caminos no transitados.” Paulo Freire
Entendemos que, para el hombre, el mundo es una realidad objetiva, independiente de él, posible de ser conocida, Sin embargo, es fundamental partir de la idea de que el hombre es un ser de relaciones y no solo de contactos, no sólo está en el mundo sino con el mundo. De su apertura a la realidad, de donde surge el ser de relaciones que es, resulta esto que llamamos estar con el mundo.
Hay una pluralidad en las relaciones del hombre con el mundo, en la medida en que responde a la amplia variedad de sus desafíos, en que no se agota en un solo tipo ya establecido de respuesta. Su pluralidad no se da frente a los diferentes desafíos que parten de su contexto, sino frente a un mismo desafío. En el juego constante de sus respuestas, se altera en el propio acto de responder, se organiza, elige la mejor respuesta, se prueba, actúa, hace todo eso con la certeza de quien usa una herramienta, con la conciencia de quien está delante de algo que lo desafía.
A partir de las relaciones del hombre con la realidad, resultantes de estar con ella y en ella, por los actos de creación, recreación y decisión, éste va dinamizando su mundo. Va dominando la realidad, humanizándola, acrecentándola, con algo que él mismo crea; va temporalizando los espacios geográficos, hace cultura. Y este juego de relaciones del hombre con el mundo y del hombre con los hombres, desafiando y respondiendo al desafío, alterando, creando, es lo que no permite la inmovilidad, ni de la sociedad ni de la cultura.
A partir de esta introducción podemos adentrarnos a una visión mas propia del espacio que hoy nos ocupa y de un contexto especifico que nos congrega: “institución educativa San Félix”, y desde allí observar las diferentes experiencias y conclusiones que nos dejan este cercamiento real a un espacio educativo concreto.
Cada experiencia es significativa en una escala en donde diferentes circunstancias nos impactan, nos recrean, nos retroalimentan y desde este punto de la retroalimentación es que tratare de contar mi experiencia en este contexto educativo.
La experiencia durante el ejercicio me permitió conocer dos espacios concretos de la vida escolar, en un primer momento la relación entre maestro-estudiante y en un segundo memento la relación entre pares.
Mi ejercicio de aula nuevamente me resulta plenamente gratificante, pues es en el aula en que verdaderamente se alcanza la plenitud del trabajo hecho con satisfacción, es decir, el contacto entre maestro-alumno es quien finalmente te lleva a responder a la bolsa de inquietudes que llevas en el maletín de tu cabeza, ese cuestionamiento constante de ser maestro alcanza la solución en el contacto cara a cara con tus estudiantes, con esas personas que te reconstruyen con cada palabra o situación propia del aula, estos seres que se quedan pero a la vez te devuelven el conocimiento sin antes no alimentarlo con aquel sabor indescriptible que cada personita le da desde su particularidad.
El trabajo de aula te motiva para que refirmes tu vocación de ser maestro, te llena la mochila del corazón y te aliviana, se vuelve un solo ser en la interacción personal de os sujetos en sus diferentes dinámicas aquel que desea conocer y el otro que desea profundamente vaciarse como un vaso para ser conocido y dar a conocer, es decir el poseedor de la luz mas no de la verdad absoluta que en el contacto con el otro van creando una verdad conjunta su propia verdad, y que es esto sino la verdadera educación.
En un segundo momento mas allá de la critica en la relación entre pares, entraría en una reflexión acerca del verdadero y comprometido maestro rural, aquel que acompaña y guía, aquel que esta profundamente convencido mas que de su trabajo de su vida misma que se resume en educar, mas allá de criticar el sistema el maestro reconstruye, mas allá de el vacio discursivo o el deseo de sobresalir el maestro es el humilde servidor de la comunidad a la cual se debe y por la cual trabaja.
Los verdaderos maestros rurales colombianos son aquellos profesionales que conocen de cerca la situación social de las familias del campo, porque conviven en medio de las dificultades de acceso a sus lugares de trabajo y de igual manera han observado cómo los pequeños estudiantes deben afrontar dificultades para asistir a la escuela. De igual manera reconocen las fortalezas que tienen las escuelas rurales: mayor conocimiento del entorno inmediato y de las familias que componen la vereda.
Muchos docentes han tenido que adaptarse a un ambiente hostil, originado en la violencia sociopolítica y del narcotráfico que ha dificultado la vida en el área rural, de tal manera que es el docente rural un conocedor valiente ,que no solamente lleva conocimiento al aula o lo ayuda a descubrir a sus alumnos, sino que reconociendo profundamente algunos síntomas de los problemas de su país, ha contribuido a dar a los pequeños voces de aliento ante las dificultades , pero su labor pedagógica no debe quedarse en adoptar una actitud pasiva, sino transformadora , ayudando a los menos letrados a comprender el mundo y las actuaciones humanas; ayudar a crear conciencia de las dificultades ,para que puedan abrirse paso en el presente y en el futuro.
De esta manera entendemos que la pedagogía de hoy no se limita al estudio del proceso de aprendizaje en el aula de las disciplinas del conocimiento, sino a hacer de niños y niñas seres afianzados en el sentido de pertenencia a su comunidad , y mas aun en problemáticas concretas como las de San Félix , hacer de la pedagogía una disciplina inspirada en la razón y en el corazón , El maestro rural es una agente transformador de una sociedad marginada originada en un mundo profundamente desigual en oportunidades.
La pedagogía de hoy, es de tal manera una actitud positiva para transformar la sociedad, comenzando por las personas a quienes se les considera solo receptores de ideas rutinarias o preestablecidas y el maestro rural debe perder el temor de actuar en favor de esa transformación. Para lograr esa transformación es necesario ayudar a que esas personas salgan del anonimato social y se reconozcan en sus valores y potencialidades; el primero en salir de esta situación de silencio y anonimato debe ser el mismo maestro.
Es pues esta visita una motivación para crecer como formador de personas y para dar una mirada al contexto mismo y a su transformación, a la vez fue la oportunidad de conocer en poco tiempo todos los factores que influyen en todo proceso educativo de escenarios reales y concretos.